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UranO: un “loquito” que se las trae...

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Con Urano ya sabíamos que no se podía esperar algo "normal", y ni siquiera quien lo "descubriera" podía serlo.
Alejandro Fau | UranO: un “loquito” que se las trae...

Como hicimos notar en un artículo anterior, gracias a los adelantos tecnológicos en la óptica, los descubrimientos de los "planetas invisibles" constituyeron la gran novedad del mundo ilustrado. Actualmente, el asombro crece más y más a medida que descubrimos aspectos "extraños" o que se consideraban "imposibles" para los más sesudos estudiosos "oficiales" de los cielos... pero esto nunca fue así para los "marginales" celestes, ya que la astrología describía sus característas desde hacía mileños... 

Urano fue el primer planeta descubierto que no era conocido en la antigüedad, aunque sí había sido observado y confundido con una estrella en muchas ocasiones. El registro más antiguo que se encuentra de él se debe a John Flamsteed, quién lo catalogó como la estrella 34 Tauri en 1690. La óptica por aquella época era bastante rudimentaria aún, y cualquier cuerpo más allá de Saturno era muy difícil de discernir.

Telescopio de Herschel(Sir) William Herschel, quién pese a ser músico y alemán, fue Caballero de la corte del rey Jorge III de Inglaterra, fue quien descubrió el planeta el 13 de marzo de 1781 utilizando un telescopio construido por él mismo, ya que por aquella época no había posibilidad de hacerse con uno de otra manera y menos aún sin tratarse de un "Astrónomo" reconocido... aunque en un principio creyó que se trataba de un cometa. Inicialmente le dio el nombre de Georgium Sidus (la estrella de Jorge) en honor al rey que acababa de perder las colonias británicas en América, aunque por su inclinación al mecenasgo, consideró que bien merecía una estrella. Sin embargo, el nombre no perduró más allá de Gran Bretaña y Lalande, un astrónomo francés, propuso llamarlo Herschel en honor de su descubridor. Finalmente, el astrónomo alemán Johann Elert Bode propuso el nombre de Urano en honor al dios griego, padre de Cronos -cuyo equivalente romano daba nombre a Saturno-. Hacia 1827, Urano era el nombre más utilizado para el planeta incluso en Gran Bretaña, aunque pese a ello el H.M. Nautical Almanac (Editado por la Marina Inglesa) siguió listándolo como Georgium Sidus hasta el año de 1850.

En la mitología clásica, Urano (en griego antiguo Ορανός Ouranos, ‘cielo’, ‘firmamento’, aunque más tarde fue latinizado a Uranus) es el dios primordial del cielo. En la mitología griega era personificado como hijo y esposo de Gea, la Madre Tierra, y ambos fueron ancestros de la mayoría de los dioses griegos. Otras fuentes le atribuyen un parentesco diferente. En su obra De natura deorum, Cicerón afirma que era descendiente de los antiguos dioses Éter y Hemera. Según los himnos órficos, Urano era el hijo de la diosa de la noche, Nix. Su equivalente en la mitología romana era Caelus (que en latín significa "cielo").

En el mito de la creación olímpico, como lo cuenta Hesíodo en su Teogonía, Urano acudía cada noche a cubrir la tierra y unirse a Gea. Fue que de esta unión nacieron los titanes: Crío, Ceo, Hiperión, Jápeto, Océano y Crono, y las titánides Temis, Rea, Tetis, Tea, Mnemósine y Febe, modelos de belleza y deidades de animales y vegetales, océanos, bosques, mares, lagos y ríos. Pero sus hijos menores resultaron ser monstruosos... son los Cíclopes (Arges, Brontes y Estéropes), gigantes de un solo ojo, y los Hecatónquiros (Coto, Briareo y Giges), gigantes de cien brazos y cincuenta cabezas. Urano se avergonzó de ellos y decidió encerrarlos en el Tártaro, el mundo de las profundidades y la oscuridad. Gea sin embargo los amaba, así que incitó a los titanes a que se rebelaran contra su padre. Urano terminó por encerrarlos también en el Tártaro. Gea acudió a ayudarles con las titánides. Pero apenas liberados, los cíclopes atacaron a los titanes, y los hecatónquiros a las titánides, celosos de su belleza. Gea se vio entonces obligada a encerrar por su cuenta y para siempre a cíclopes y hecatónquiros. Gea pidió ayuda a sus hijos, titanes, para vengarse de Urano, pero sólo Crono estuvo dispuesto a cumplir con su obligación. Crono encontró a Urano confiado en brazos de Nix, con la que había engendrado a Tánatos e Hipnos, y le castró con una hoz de pedernal que le había dado Gea, arrojando los genitales tras él. Al salpicar la sangre (o, según el mito, el semen) de éstos en la Tierra, surgieron los Gigantes (más tarde destruidos por los dioses con la ayuda de Heracles), las Erinias, las Melias (ninfas de los fresnos) y, según algunos, los Telquines. Crono arrojó al mar la hoz (que dio origen a la isla de Corfú, aunque otras versiones cuentan que la hoz ensangrentada fue enterrada y de ella nació la fabulosa tribu de los feacios, que habitaba esta isla) y los genitales de Urano, donde produjeron una espuma de la que nació Afrodita. Crono encerró entonces a Urano en el Tártaro junto con los cíclopes y hecatónquiros, a quienes también temía.Tras esta victoria Crono subió al trono y reinó en el Universo.

¿Pero cómo es Urano... el cuerpo celeste, digo, para ser considerado un "cuerpo extraño" por la ciencia?

Urano en Rayos XUrano posee un núcleo compuesto de rocas y hielos de diferente tipo, estos últimos mucho más abundantes. El planeta cuenta con una gruesa atmósfera formada por una mezcla de hidrógeno y helio que puede representar hasta un 15% de la masa planetaria. Urano (como Neptuno) es en muchos aspectos un gigante gaseoso cuyo crecimiento se interrumpió sin haber acumulado las grandes masas de gases de los planetas gigantes interiores Júpiter y Saturno. En Urano hay una transición gradual de atmósfera a océano líquido (como en Neptuno), y por esta razón el océano de Urano no se parece en nada al terrestre. El interior de Urano no es propicio para la vida, ya que la presión y el frío son extremos, además de que los rayos del Sol no traspasan poco más de unos cientos de metros la atmósfera.

La rotación de Urano, igual que la de Venus -quién es su hija en la mitología-, es retrógrada y su eje de rotación está inclinado casi noventa grados sobre el plano de su órbita. Durante su periodo orbital de 84 años uno de los polos está permanentemente iluminado por el Sol mientras que el otro permanece en la sombra. Consecuentemente se espera que este planeta posea importantes efectos estacionales en su atmósfera. No se conocen los motivos por los que el eje del planeta está inclinado en tan alto grado, aunque se especula que quizás durante su formación el planeta pudo haber colisionado con un gran protoplaneta capaz de haber producido esta orientación anómala. Otras posibilidades son las perturbaciones gravitatorias ejercidas por los otros planetas gigantes del Sistema Solar. En la época del paso del Voyager 2, en 1986, el polo sur de Urano estaba prácticamente apuntando hacia el Sol. En aquella época las nubes del planeta estaban débilmente distribuidas en bandas y zonas apenas perceptibles. Las observaciones del Telescopio Espacial Hubble más recientes muestran una estructura más dinámica a medida que los rayos solares han ido alcanzando las latitudes ecuatoriales. El campo magnético de Urano es también anómalo en su posición y características, ya que el eje magnético no está centrado en el planeta sino desplazado e inclinado 60º con respecto al eje de rotación. El campo magnético se origina probablemente en zonas no demasiado profundas del planeta, por lo que es posible que el curioso eje magnético no esté ligado a las peculiaridades de su eje de rotación. El campo magnético de Urano es poco menos intenso que el campo magnético terrestre, pero a diferencia de la tierra, Urano no posee elementos metálicos en su interior. Por esta razón, el campo magnético es generado por otro tipo de material conductor que aún es un enigma para nosotros. Urano, como los demás planetas gigantes del Sistema Solar, posee un sistema de anillos, en este caso muy tenue y compuesto de partículas oscuras.

Anillos de UranoLos anillos fueron descubiertos fortuitamente en 1977 por James L. Elliot, Edward W. Dunham y Douglas J. Mink, quienes, utilizando el Kuiper Airborne Observatory, observaron cómo la luz de una estrella cercana a Urano se desvanecía al aproximarse el planeta. Tras analizar con detalle sus observaciones, concluyeron que la única explicación era que la estrella había sido ocultada por un sistema de anillos alrededor de Urano. Los anillos fueron observados directamente por la sonda espacial Voyager 2 en su paso por el sistema de Urano en 1986. Recientemente y gracias a las imágenes obtenidas por astrónomos de la Universidad de Berkeley, con el sistema de infrarrojos ópticos adaptativos del telescopio Keck, ubicado en Hawai, se ha descubierto que Urano tiene un anillo de color azul y otro de color rojo, similares a los de Saturno. Es de destacar que los anillos azules son una rareza planetaria, ya que el rojo es el color habitual de todos los demás. El resto de la información que poseemos, es como sigue:

 

Características orbitales
Radio medio2.870.972.200 km
Excentricidad0,04716771
Período orbital (sideral)84a 3d 15,66h

Período orbital (sinódico) 

369,7 días
Velocidad orbital media6,8352 km/s
Inclinación Orbital0,76986°
Número de satélites27
  
Características físicas
Diámetro ecuatorial 51.118 km
Área superficial8.130.000.000 km²
Masa8,686×1025 kg
Densidad media1,29 g/cm³
Gravedad superficial8,69 m/s²
Período de rotación17h 14m (movimiento retrógrado)
Inclinación axial97,86°
Albedo 0,51
Velocidad de escape21,29 km/s



Yo creo que si bien hemos tenido oportunidad de estudiar a Urano muy minuciosamente desde nuestros más avanzados y potentes telescopios, no me extrañaría que todos estos datos cambiaran de la noche a la mañana cuando finalmente enviemos una sonda específica para su estudio cercano, sorprendiendo aún más a los Astrónomos y Astrofísicos... aunque no a los Astrólogos.