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Titán, donde llueve cada mil años

Titán, donde llueve cada mil años
Un nuevo análisis concluye que algunos lugares de Titán, la luna de Saturno, experimentan lluvia una vez cada 1.000 años como promedio. Sólo que la lluvia no es de agua, sino de metano.

La Tierra y Titán son los únicos mundos del sistema solar donde cae líquido sobre una superficie sólida.

Los cálculos se basan en las investigaciones de la sonda Cassini respecto a las lluvias torrenciales que tuvieron lugar en 2004 y 2010.

El doctor Ralph Laurenz presentó detalles de su trabajo en la Conferencia sobre Ciencia Planetaria y Lunar, en Texas.

Titán es fascinante, un sitio paralelo "similar, pero diferente" a la Tierra. Viento y lluvia esculpen la superficie, produciendo canales, ríos, lagos, dunas y líneas costeras.

Pero aquí, los hidrocarburos líquidos reemplazan al agua. Y en Titán, donde la temperatura de la superficie se mantiene en un promedio de 179 grados Celsius bajo cero, llueve metano.

"Pasan cientos de años entre lluvia y lluvia, pero cuando éstas tienen lugar, caen decenas de centímetros, incluso metros, de líquido," le dijo a la BBC el doctor Lorenz, del Laboratorio de Física Aplicada John Hopkins (Jhuapl, por sus siglas en inglés) de Maryland.

"Esto condice con las profundas incisiones de los canales que vemos."

La existencia de estos canales ha sido comprobada tanto por la sonda Cassini como por la sonda Huygens, que se sumergieron en la espesa atmósfera de Titán, en 2005.

El doctor Lorenz dice que los últimos resultados se acercan extraordinariamente a los pronósticos teóricos de lluvia en Titán que hizo hace doce años.

Cuando llueve...

En 2004 y 2010, en diferentes lugares de Titán, la sonda Cassini observó un oscurecimiento de la superficie lunar asociado con actividad de nubes, hechos que los científicos interpretan como lluvia.

La doctora Elizabeth Turtle, también de Jhuapl, presentó un análisis de las tormentas del otoño de 2010 observadas en la Región Concordia, cerca del ecuador de Titán.

"Pasada esta tormenta, pudimos ver significativos cambios en la superficie. Un mes después, encontramos esta enorme franja oscurecida de más de 2.000 kilómetros de largo, cubriendo un área de unos 500.000 kilómetros cuadrados," explicó.

"La interpretación más simple es que el fenómeno es causado por las precipitaciones que mojan la superficie, y que tal vez hacen lagunas en algunas partes.

"Es la manera más simple de cubrir un área de estas dimensiones a una pequeña escala de tiempo. También condice con el hecho de que los cambios se revirtieron a lo largo de varios meses."

El análisis de la lluvia de Ralph Lorenz representa un promedio global, pero el ciclo de la estaciones de Titán concentra la lluvia en el verano polar.

Hipotéticamente, afirma, si un observador se estacionara en uno de los polos de Titán durante 96 días terrestres (equivalentes a 6 días en Titán), tendría un 50% de posibilidades de ser mojado por la lluvia y podría observar cinco tormentas.

Esto es de especial relevancia para la propuesta misión espacial en la que participa el doctor Lorenz en este momento.

La sonda Titan Mare Explorer (TiME) se hundirá en uno de los grandes lagos de Titán, Ligeia Mare, para pasar 96 días analizando su profundidad y química.

También recolectará información sobre el medio ambiente, incluyendo patrones climáticos.

TiME es uno de tres finalistas que compiten para ser seleccionados como una misión de descubrimiento de la NASA.

Los otros son InSight y CHopper. La decisión será tomada el mes próximo.

Mientras tanto, el equipo de la doctora Turtle ha continuado controlando Titán, pero ha visto muy pocas nubes desde los sucesos de 2010.

Un lapso similar pasó entre las tormentas de 2004 y podría ser el resultado de la desaparición del metano de la atmósfera.

"Eso debe haber pasado aquí; esto vació la atmósfera significativamente y le toma algún tiempo volver a la situación original," dijo.

"Estamos deseosos de ver cuando aparecerán las nubes de nuevo."

Mientras en Titán se pueden apreciar muchos aspectos del clima de la Tierra, una diferencia reside en que la luna es demasiado pequeña para el tipo de actividad que produce ciclones y huracanes en nuestro planeta.