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NASA espera señales de vida del Phoenix

NASA espera señales de vida del Phoenix
La Oficina Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) comenzará un esfuerzo muy poco prometedor para tratar de escuchar signos de vida de su robot Phoenix, que se cree podría estar totalmente congelado cerca del polo norte de Marte, después de pasar cinco meses excavando en la tierra y en el hielo del Planeta Rojo.

"No creemos que el Phoenix haya sobrevivido el invierno marciano, pero definitivamente queremos echarle un ojo", dijo Chad Edwards, ingeniero en jefe de telecomunicaciones del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.

El plan de tres días de duración requiere que la nave espacial Odyssey realice desplazamientos regulares sobre el sitio donde aterrizó el Phoenix y trate de escuchar un sonido.

Si el robot de exploración alimentado con luz solar no responde, como se espera, la NASA hará un nuevo llamado el próximo mes, cuando el Sol esté más alto sobre la superficie marciana.

Phoenix aterrizó en mayo de 2008 y pasó cinco meses excavando trincheras y realizando experimentos científicos en las planicies del ártico marciano.

Confirmó la presencia de hielo y se convirtió en la primera nave espacial en tocar y demostrar la existencia de agua en otro planeta. La última vez que se comunicó con la Tierra fue en noviembre de 2008, cuando la luz del Sol disminuyó junto con la temperatura.

La nave no está diseñada para soportar los duros inviernos marcianos, en los que la temperatura llega a menos 195 Fahrenheit, mucho más frío que la temperatura más baja de la que se tenga recuento en la Tierra, de menos 129F, registrada en la Antártida en 1983.

Como las estaciones duran el doble en Marte que en la Tierra, los científicos esperaron hasta que la primavera marciana estaba a punto de comenzar en el hemisferio norte del planeta para revisar a Phoenix, que quedó cubierto de una escarcha de dióxido de carbono.

Ante la remota posibilidad de que la nave de exploración logre despertar, se programó un modo "Lázaro" para que dé señales de vida.

"Es una probabilidad muy baja", admitió el científico de la misión Ray Arvidson, de la Universidad de Washington en Saint Louis.

Es poco probable que los paneles solares de Phoenix puedan capturar suficiente luz como para cargar sus baterías e incluso si milagrosamente puede recargarse de energía, no hay nada que garantice que sus instrumentos científicos y otros aparatos electrónicos funcionen, dijeron los investigadores.

Phoenix obtuvo ese nombre por el ave mítico que se levanta de entre sus propias cenizas, pues la misión fue creada con material e instrumentos de proyectos que se habían cancelado.