Historia de la Astrología: De Cómo Asesinar al Regio Arte, o Dejarlo Gravemente Herido.

“¡Que la sigan chupando..!”

Diego Armando Maradona

“Por las enormes pantallas que simulaban ventanas en el puente de mando, hasta ese momento completamente negras, una estela de finas líneas comenzó a dibujarse desde su centro. Segundos después su imágen variaba a segmentos luminosos que gradualmente disminuían la velocidad con que desaparecían por los bordes hasta estabilizarse en lo que parecían ser un gran puñado de brillantes diamantes que hubieran sido arrojados sobre un terciopelo de profunda negrura. La nave estelar rebelde abandonó el pliegue espacial al dejar atrás las velocidades hiperlumínicas irrumpiendo así en el área local del Sistema Solar,  hogar y nido de la Madre Tierra.

- Coloquen la Nave en la órbita Solar convenida y díganme la hora. -dijo el Capitán.

Casi de inmediato un joven sentado adelante, a la izquierda y por debajo del anciano, respondió:

- 0814 horas GMT del 7 de Marzo de 3235, más/menos 3 minutos, señor.

Tarina miró instintivamente el calendario-reloj en la pared derecha del puente de mando y se sobresaltó. ¡Eso era más de mil cien años en el futuro! Con su mano apretó suavemente el brazo del Capitán para llamar su atención al tiempo que con la otra le señalaba el panel digital en la pared, y el viejo sonrió.

- ¿No haz visto el reloj del cielo? Ajusten el Tiempo de la Nave -ordenó, y pacientemente en voz baja le explicó- Cuando viajas por el hiperespacio el tiempo cambia, deja de tener sentido, y cuando vuelves a la normalidad debes adaptarte de nuevo. Pero ya te acostumbrarás, pues en el espacio no solo hay que saber a dónde ir, sino cuándo llegar. -y con tono didáctico le continuó diciendo- Nuestro Sistema Solar es un Gran y muy preciso Reloj. Los propios planetas constituyen ese gran y complejo reloj con nueve manecillas. Para cualquier fecha existe una configuración única de esas «manecillas», puesto que ningún otro período planetario es exactamente conmensurado con otro. Plutón marca una «hora» de un cuarto de siglo; Júpiter cliquetea un «minuto» cósmico cada doce años; Mercurio zumba un «segundo» de unos ochenta y ocho días estandard y así las demás. Las otras «manecillas» pueden afinar mucho esas lecturas. El período de Neptuno, por ejemplo, es tan extraordinariamente distinto del de Plutón que los dos caen en una configuración aproximadamente repetida tan sólo una vez cada quinientos ocho años. Así es como ese gran reloj puede ser leído con el grado de exactitud deseado en cada período que se quiera. Pero no es tan fácil de leer, no cualquiera puede hacerlo así, de un simple vistazo, necesitas a un muy sensible y entrenado «Escrutador de Tiempo». -y señalando la espalda de quien había hablado antes concluyó- Es trabajo del Astrogador hacer ésto, del Navegante Estelar, toda nave que hay en el espacio tiene uno.

Como si hubiese notado físicamente el gesto, el joven despegó la vista de sus complicados cálculos para mirar fijamente la pantalla y habló de nuevo:

- Hemos llegado en el exacto momento trazado, señor!

Al viejo se le iluminó la mirada ante la consternación del rostro de Tarina, se retrepó en su silla y miró espectante hacia el frente. Como un enjambre de furiosas avispas asesinas las naves de la Flota Imperial comenzaron a emerger del hiperespacio con su aspecto terriblemente amenazador llenando la imagen con su furia. Pero a medida que emergían eran despedazadas una a una por una «desgraciada e imprevisible lluvia de meteoros que surcaba el sector a velocidad de espanto arrasando todo a su paso», según constó en los Informes Oficiales posteriores. El Capitán se volvió para mirar de frente a la sorprendida chica, y con beatífico gesto le susurró:

- Nuestra estratégica y crucial ventaja para con la Flota Imperial es que no llevamos sofisticados computadores cuánticos de hipersalto y simples Astrogadores en nuestras naves, no, no... nosotros... pues, llevamos Astrólogos. -el joven navegante, con una radiante sonrisa, miró sobre su hombro y le hizo un guiño cómplice a la muchacha. La vieja nave estelar Comandante Guevara, situada en medio de esa apocalíptica lluvia meteórica, no había sufrido ni un solo razguño.”

Lo anterior es Ciencia Ficción, cierto, pero es algo que muy bién podría ocurrir allá en el incierto futuro si tenemos en cuenta lo que ya ha sucedido en el efectivo pasado, pues en cada gran logro en  aquella denominada Era de los Grandes Descubrimientos que cambiaron el Mundo (finales del Siglo XV y pricipios del XVI), siempre había la figura de algún Astrólogo detrás. ¿Es la primera vez que lo escuchas? Pues no me extraña, a nuestro desinformante aparato educativo no le gusta hablar de ello; no vaya a ser cosa que alguno quisiera emularlos, pues sería ello demasiado peligroso. Mas pese a la intención de borrar su recuerdo de la memoria colectiva, e incluso muchas veces el de negar su mera existencia, sus nombres figuran en los documentos que sirven para poblar de gloria a aquellos pelagatos que ellos eligieron y que terminaron apareciendo en los libros de la Historia como los “verdaderos” autores. 

Un caso paradigmático es, justamente, el de los hermanos Pinzón. Pocos los recordarán, fuera de que viajaron con Colón en el famoso viaje del descubrimiento de América. Ellos eran tres: Martín Alonso Pinzón, el mayor, capitán de La Pinta; Vicente Yañez Pinzón, el menor, capitán de La Niña; y el del medio Francisco Martín, y de quién menos se habló siempre, que fue el Maestre de La Pinta. El Gran Almirante de la Mar Océano, don Cristobal Colón, capitaneaba la Santa María y la expedición (al menos en los papeles), pero la nave insignia, desde donde verdaderamente se dirigía la navegación hacia lo desconocido, era La Pinta. Desde la cofa de ésta nave fue de donde partió el grito de ¡Tierra! proferido por un tal don Rodrigo de Triana que cambió para siempre la história económica y social del mundo en el renacimiento. Martín Alonso, su capitán, murió a poco de regresar de este primer viaje; y si bien muy tardíamente se reconoció a la familia Pinzón como co-descubridores de América por decreto real del Emperador Carlos V (en su papel de Carlos I de España) tras separar el Estado de la Iglesia en Europa, la manifiesta enemistad de don Cristobal para con él y sus hermanos (debido a la envidia marinera) lo amargó hasta el fin de sus días, ya que el italiano les había robado todo el mérito y más luego su fortuna familiar para acallarlos. Los dos hermanos restantes, Vicente y Francisco (quienes se asociaron a partir de la muerte de Alonso), hicieron luego también el tercer y cuarto viaje hacia América a las ordenes de Colón por un decreto real... ¿por qué? Pues... porque Francisco Martín Pinzón era el más reputado Astrólogo de la marinería de su época y aseguraba una navegación muy efectiva, tranquila y segura en nada parecida al frustrante segundo viaje de don Cristobal que solo había acarreado gastos y ningún beneficio palpable. No solo fue Francisco Martín el primer Astrólogo en llegar a las islas del Nuevo Mundo, fue el primero en arribar a la masa continental americana también (durante el tercer viaje colombino) y en descubrir, sirviendo bajo las órdenes de su hermano Vicente Yañes unos años más tarde en un viaje independiente, la costa norte del Brasil y la desembocadura del gran Río Amazonas en la busca de un paso hacia el Mar del Sur (el Océano Pacífico). Estos logros lo llevaron a ser quien trazara la ruta original del primer viaje de don Juan Díaz de Solís por el Golfo de México en la búsqueda de llegar a las verdaderas Indias de las Especies, pero que solo pudo realizar su hermano Vicente ya que él, misteriosamente, había muerto “ahogado” durante el cuarto viaje con Colón a las Américas. Francisco Martín fue un ferviente defensor de la redondez de la Tierra, oponiéndose abiertamente al dogma eclesial de su época, y es por ello que su nombre apenas figura con el mote de “marino”, sin ninguna otra explicación sobre quién era realmente, en los textos escolares y universitarios de la Historia del Descubrimiento de América pese a que fué él un personaje verdaderamente crucial de ésta...

Cabe recordar aquí que el famoso Primer Viaje de Colón no fue financiado por las joyas de Doña Isabel la Católica como nos han hecho creer desde pequeños, sino por la familia Pinzón y otros armadores de la zona de Palos a instancia de ellos. Un total de casi un millón de Maravedís fue el exhorbitante gasto insumido en la dicha expedición, de los cuales más de la mitad salió de los bolsillos de los hermanos Fernando Alonso y Vicente Yañes; pues lo de Doña Isabel solo fue un gesto simbólico por la simpatía que le tenía al genovés y luego de que su marido, Don Fernando de Aragón, le dijera que no invertiría un céntimo en esa aventura pues el Reino estaba al borde de la quiebra pero que lo autorizoría a hacerla en su nombre, si es que conseguía quien se la pagase. Los Pinzón eran la familia más poderosa de Palos, armadores navales y comerciantes en el área de puerto comercial más grande de España, y también los únicos españoles con la capacidad económica y de liderazgo para conseguir una tripulación que se aventurara en esa empresa. El Reino de España le debía ya mucho dinero por sus servicios militares en la costa norafricana, y el abastecimiento de sus tropas en Nápoles, la costa italiana y francesa, y otras islas mediterráneas. En fin, ya sabemos que con tener el dinero no basta cuando ademñas se tienen enemigos poderosos como el Rey y la Iglesia. Con el antecedente de las ideas de Francisco Martín Pinzón, desbaratadas por la miseria en que fue sumida su familia tras los Juicios promovidos traicioneramente primero por don Cristobal Colón y luego patrocinados por el Rey deudor en los Tribunales Españoles (controlados por la Iglesia Católica), fueron otros quienes la adoptaron y la llevaron adelante...

Ruy Faleiro, Astrólogo portugués, que conocía y apoyaba las ideas de Francisco Pinzón luego de la muerte de éste trazó una nueva ruta para intentar el paso interoceánico, y se ocupó de convencer a un muy amigo suyo y Capitán jubilado del Ejercito Portugués de salir a intentar esta aventura. Logrado que hubo su propósito exaltando aún más su de por sí la enfrebecida mente de su amigo, el dicho Capitán se apersonó en la corte real de Don Manuel “El Afortunado”, para que el Reino de Portugal fuera quien financiara la empresa nombrándolo a él, de paso, Gran Almirante de la Marina del Reino allá por el año de 1514. Consiguiendo solo con ello que Don Manuel, simplemente, lo hechara a patadas del Palacio por imbécil. Portugal tenía en ese momento el monopolio del tráfico de especies desde las Indias Orientales ya que los Árabes habían cortado las rutas terrestres hacia oriente, y la flota portuguesa las traía en cantidad navegando en torno de África y vendiéndolas a precio desmesurado. ¿Para qué cuernos iba Manuel a invertir en abrir otra ruta, para fomentar la competencia? ¡Ni modo! El “Imbécil” se llamaba Fernao de Magelhaes... que al enterarse luego del fracaso del segundo viaje de don Juan Díaz de Solís, pues se lo habían almorzado los Charrúas, estableció contactos con España ofreciéndose a realizarlo él, y de paso para poder vengarse de su maleducado monarca traicionándolo. Fue aceptado, y tras transformándose en subdito Español claro, cambió su nombre por el de Fernando de Magallanes y se lanzó a la aventura. A estas alturas Ruy Faleiro se hechó para atrás aduciendo que había trazado el horóscopo de la empresa y éste le decía que sería un viaje muy desgraciado para ellos aunque llegaría a buen fin. Magallanes se burló de él llamándolo cobarde, pero le pidió que le recomendase algunos Astrólogos españoles que lo acompañasen pues él iría pese a todo, ya que no podía volver nunca más a Portugal. Realizada la elección, despachó a Faleiro hacia Lisboa pagandole el pasaje y dándole algún dinero más por su trabajo y la copia de sus mapas. Cinco naves partieron de San Lucas de Barrameda con 234 tripulantes el 20 de Septiembre de 1519, y solo una volvió al mismo puerto casi tres años después (6 de Septiembre de 1522) con solamente 18 supervivientes. Quien realmente hizo posible este viaje y merece todo el crédito de la Primer Vuelta al Mundo, fue el Astrólogo Francisco Albo, español nacido en Axio, y piloto-navegante a cargo de la nao “Victoria”; pues si bien la predicción de Ruy Faleiro fue acertada: “...un viaje desgraciado pero exitoso, (la carga que transportó el Victoria cubrió con creces el costo de toda la expedición incluyendo el de los 5 navíos) pero fatal para nosotros (Magallanes murió en un combate absurdo a poco más de la mitad de la travesía y el viaje se completó al mando de Sebastián El Cano, y creo yo que quizá también Ruy hubiese perecido de haberse embarcado)”, él no era navegante y sus cálculos y la ruta trazada eran totalmente inexactos y debieron ser realizados sobre la marcha a partir del Río de la Plata, que era donde él juraba y perjuraba que se encontraba el paso tan buscado basándose en el Globo Terráqueo que realizara el geógrafo alemán Jurgën Schöner en 1515 (que hoy se encuentra en el Museo Nacional de Berlin). ¿¡Ruy Faleiro y Francisco Albo..!? No, no... en la escuela jamás oyeron esos nombres ¿verdad? Solo el de un psicópata Capitán de tierra, tullido y bruto, y el del Capitán de la Corte que pusieron para vigilarlo para que ése demente cumpliera con el trato. Una más de las delicias de esa educación desinformante a la que debemos... ¿acostumbrarnos?

Muchos a esta altura del relato se preguntarán qué tiene que ver la frase del Santo Iluminado de Villa Fiorito que encabeza éste artículo con todo ésto (más allá, quizá, de un retruque al academicismo, o de quizá intentar provocarles una risa inesperada). Pues bién, ya que hablamos de un sistemático plan de desinformación, más que seguir explorando lo que se nos ha ocultado hasta ahora, por ahora, es bueno también ver qué es lo que nos muestran públicamente de la Astrología y sus logros en nuestros días. Porque el poder desinformador está dispuesto no solo a ocultar la verdad y a mentir por sí mismo, sino también a tomar las armas de su enemigo cuando tropieza para volverlas en su contra. Por ello es ineludible hablar de piezas fundamentales de nuestra cultura contemporánea como lo son la Televisión y... ¡El Fútbol!

Estamos a las puertas de un nuevo Campeonato Mundial de Fútbol y ya los ánimos comienzan a caldearse por todo el globo. Es, si se quiere, el espectáculo deportivo más visto en todo el mundo y el que produce más ganancias publicitarias por ser la vidriera más importante donde mostrar lo que se quiera, y la razón por la cual ahora recibiremos, a partir de éste “Brasil 2014”, inconmensurables cantidades de basura en Ultra-Alta-Definición en nuestros televisores a nivel global. Cierto, ya la recibíamos en Alta Definición (HD) a partir del Mundial de “Alemania 2006”, claro, pero en el afán de volver cada vez más creíble la realidad de mentira que pretenden instalarnos, no podíamos quedarnos estancados tecnológicamente ahí, pues hoy nadie duda el que la Televisión es la herramienta de Adoctrinamiento e Instrucción de Masas más efectiva de todo el orbe... No, no... no se equivoquen, que no pienso hacer ninguna predicción sobre el resultado de éste año; sino de hablar del mundial anterior en “Sudáfrica 2010” (y marco en el cuál nuestro Profeta del Riachuelo se despachó con ésa y otras profundas reflexiones ante la prensa nacional e internacional, que con avidez bebía de sus sabias y santas palabras). En concreto les hablaré del Seleccionado Nacional Francés, y más precisamente de su bizarro DT: Raymond Domenech... Luego del Campeonato que ganara tan brillantemente en la final del '98 por 3 a 0 al defensor del título, Brasil, la selección de fútbol de Francia se derrumbó. No logrando mantener a su genial DT, Aimeé Jacque, pues éste cumpliendo con su promesa se retiró para siempre del mundo futbolístico, se contrató al entrenador brasilero Luiz Felipe Scolari quien nunca logró entender que el perfil de los jugadores europeos no era el del “juego bonito”, logrando así muy pobrísimos resultados. Pero estabamos con otra cosa. Raymond Domenech... llegó a la Federación de Fútbol de Francia ungido por su fulminante éxito con el Lyon en 1993 para dirigir al seleccionado Sub-21 Francés. En esa categoría, fue el forjador de la generación de oro en la que se destacaron Zidane, Gallas, Vieira, Henry y Cissé, obteniendo muy buenos resultados deportivos. Cuando asumió la dirección técnica de la selección mayor, el 12 de julio del 2004, sus particulares “aficiones” fueron el centro de la atención no solo de Francia, sino también del mundo entero. Pues resultó ser que Raymond, era Astrólogo...

"Todos los parámetros tienen que ser considerados y yo he agregado uno al decir que la astrología está involucrada", reconoció Domenech ante la prensa, y dijo que evitaba tener demasiados jugadores del signo de Escorpio en su alineación para el Mundial de “Alemania 2006” porque sostenía que los de ese signo tiendían a "matarse entre ellos en la cancha", y que también prefiería no usar a los de Leo en la defensa porque consideraba que su protagonismo podía resultar fatal en el arco, pues “son capaces de hacer cualquier chifladura para lucirse ellos, en vez de trabajar por el equipo”. Debido a esas y otras habituales revelaciones, comenzó a ser castigado por los medios de comunicación masiva y, a instancias de éstos, por los propios hinchas cuando los resultados esperados no llegaban. Esa oposición le gustaba mucho a este súper Acuariano provocador, porque: "cuanta más pelea me proponen, cuanto más me critican, yo mejor me siento", decía sonriendo y alzándose de hombros. El hecho fue que Domenech sacó subcampeón a Francia ese año tras perder la final tan solo por el azar de los penales porque el partido había terminado empatado. El mundo enmudeció y los Franceses, obviamente, más que felices le renovaron el contrato... el tipo había demostrado en los hechos que su dinámica, les gustasen o no sus “rarezas” de astrólogo, funcionaba.

Pero como siempre, sobrevino la previsible desgracia. La gloria y el poder fueron el factor decisivo, pues a Domenech finalmente se lo comió su ego... Como cualquiera de ustedes sabe, un Super Acuariano no es más que un Hiper Leonino disfrazado de payaso, y Raymond comenzó a comportarse como tal. Los medios de comunicación masiva aportaron lo suyo en todo ello cebándolo como un cerdo hasta que finalmente explotase. Con tal de provocar y sorprender con sus excentricidades comenzó a hablar y a mezclarlo todo como un alucinado. Cualquier cosa sobre la que le preguntaran le venía bién para responder hablando ya de Campos Áuricos, ya de Tarot, Videncia, Yoga, Reencarnación o Astrología. El resultado como ya saben, pues es de público conocimiento, fue el total desastre: En el mismo momento en que Francia era eliminada en la primera fase de la Eurocopa en el 2008, el sonrió y con gesto dramático le propuso formal matrimonio ante las cámaras de televisión a su compañera inseparable de los últimos años (presentadora estrella de un canal televisivo), desatando un escándalo en el que todo el país clamó por que rodara su cabeza. La FFF (Federación Francesa de Fútbol) prometió controlarlo pero no podían rescindir su contrato porque el Mundial de Sudáfrica se les venía encima. Sintiendose impune continuó en su tónica, y si se quiere agravándola aún más, hasta que que el equipo francés fue eliminado en la primera ronda de dicho Mundial de 2010 entre las furiosas críticas de la prensa, el público y hasta de los propios jugadores. La burla generalizada de la prensa del planeta logró el resto. Al bueno de Raymond lo echaron a patadas tratando de acertarle, de paso, por el medio al Arco del Triunfo celebrando un nuevo éxito, pues así fue que quedó una vez más firmemente fijado en el inconsciente popular del mundo, el que la astrología no servirá nunca para nada útil. Cosa que también se empeñan en reafirmar ezquizofrénicamente cada día aquellos iluminados fundadores de Escuelas e Institutos que dicen enseñar el Regio Arte, pero que solo venden su pobre muestra de filosofía barata, experiencias místicas de segunda mano, y cantidades industriales de yogures y saumerios; liberando así al mundo incontables oleadas de supuestos “astrólogos”, que son incapaces de reconocer las constelaciones o los planetas de los que hablan en el verdadero cielo, de calcular mentalmente una Carta Astral, o siquiera de llegar exitosamente a la panadería de la esquina sin usar un GPS... Pero no hay que desesperar, pues en la vida como en el fútbol siempre hay revancha, solo es cuestión de estar preparados para afrontarla cuando llegue el momento. Mientras tanto, seguir contando la verdad de frente es muy importante, no sea cosa que nos sigan engañando disfrazandose de propios cuando en verdad son ajenos.