Saturno: Primero entre los Supremos Dioses.
Autor: Alejandro Fau

Hijo menor de Urano y de Tellus (la Tierra), tras castrar a su padre y relegarlo al Tártaro obtiene de su hermano mayor (Titán) el favor de gobernar el universo. Como condición, Titán le pide que mate a su descendencia apenas nazca, para que sus propios hijos fuesen quienes gobernaran después que él se hubiese ido. Si así no lo hiciere, le vaticina un destino cruento a manos de uno de sus descendientes, tanto o más cruel que el que él mismo había perpetrado con su propio padre.
Saturno toma por esposa a Ops (Cibeles) con quienes tuvo varios hijos, pero recordando el presagio de su hermano exigía que éstos les fueran entregados apenas abandonado el vientre materno y, para asegurarse de su muerte, los devoraba. Sin embargo, cansada ya de esta situación, Cibeles logra salvar a Júpiter entregándole a cambio una piedra embadurnada de su placenta y envuelta en sus pañales. Éste, una vez adulto, hace la guerra a su padre y le derrota desterrándolo del cielo. Es así como la estirpe de Saturno prevaleció por encima de la de Titán.
Se dice que Saturno quedó reducido a la condición de simple mortal habiendo perdido su cualidad divina en la batalla. Fue así que se refugió en el Lacio (una región de Italia) en donde gobernó a los hombres salvajes dándoles leyes. Es creencia común que fue cruel y despiadado, teniéndoselo en la Astrología Medieval como símbolo del “Gran Funesto”. Pero según la Teogonía, de Hesíodo, su reinado se considera como “La Edad de Oro”, ya que no solo apaciguo el salvajismo que dominaba a las gentes, sino que los sumió en una larga era de prosperidad. Enseñó la labranza y la cría de ganado, el arte lapidario (que es el trabajo de la piedra) y la metalurgia. Estableció la paridad entre los hombres y eliminó la propiedad privada, ya que todo producto (natural o manufacturado) pertenecía a Zeus, y tanto los hombres como él estaban a su servicio.
La Saturnalia era el festival que se ofrecía en honor a Saturno, y se celebraba el 17 de diciembre. Fue creado por Jano, el dios de dos cabezas, que era quien había recogido a Saturno cuando fue expulsado por su hijo Júpiter, con el objeto de conmemorar la Edad de Oro. Estas fiestas, cuya institución se remonta a mucho más allá de la fundación de Roma, consistía principalmente en representar la igualdad que reinaba originalmente entre los hombres. Comenzaba la noche del 16 de diciembre de cada año, y originalmente sólo duraba un día, pero el emperador Augusto pidió que se celebrara durante tres días a los cuales más tarde Calígula, tan propenso a las orgías, le añadió un cuarto.
Durante estas fiestas, se suspendía el poder de los amos sobre sus esclavos, y éstos tenían derecho a hablar y actuar con total libertad. Podían criticar los defectos de sus amos, jugar contra ellos y éstos, les servían en la mesa sin importar la cantidad de platos que se sirviesen o rompieran. No se respiraba más que placer y alegría: los tribunales y las escuelas cerraban, no estaba permitida la guerra ni la ejecución de criminales, ni ejercer otro arte que el de la cocina, se enviaban regalos y se daban suntuosas comidas. Además, todos los habitantes de la ciudad dejaban de trabajar: la población acudía en masa al monte Aventino, para disfrutar del aire campestre para departir en plano de igualdad. De ésta costumbre se dice que nacen las festividades del Solsticio, primero, y luego las tan conocidas “navidades” de nuestros días.
Los cartagineses, en cambio, ofrecían a Saturno el Africano (llamado por ellos Ba’al Hammon) sacrificios humanos, concretamente niños recién nacidos. Estos sacrificios, según la tradición patrística, eran acompañados por flautas y tambores haciendo tal ruido que los gritos del niño sacrificado no pudieran oírse. Estos ritos griegos, seguramente tienen una raíz más antigua que la Saturnalia, ya que se recuerda su actitud cuando Cronos aún era el Dios Supremo del Universo antes de ser derrotado por su hijo.
En Roma Saturno tenía un templo en el extremo occidental del Foro Romano, que era donde se guardaba el tesoro público y se depositaban las leyes, debido a que en la época del reinado de Saturno sobre los hombres (es decir, la edad de oro) no se cometían robos. Su estatua estaba sujeta con cadenas de las que no se lo libraba hasta el mes diciembre, época de la Saturnalia, para recordar que estaba sujeto al poder de Júpiter.
Saturno solía ser representado como un anciano curvado por el peso de los años, sujetando una hoz, que luego fue reemplazada por una guadaña, para señalar que presidía el tiempo y la cosecha. En muchos monumentos era representado con un velo oscuro cubriéndole el rostro, seguramente porque el tiempo es un ente indeterminado y está cubierto, aún hoy día y pese a los avances científicos, por un velo impenetrable.
Los griegos y romanos, herederos de los Sumerios en sus conocimientos del cielo, habían establecido en siete el número de astros que se movían en el firmamento: el Sol, la Luna, y los planetas Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, las estrellas errantes que a distintas velocidades orbitaban en torno a la Tierra, que era el centro del Universo. De los cinco planetas reales, Saturno es el de movimiento más lento, emplea unos treinta años (29,457 años) en completar su órbita, casi el triple que Júpiter (11,862 años) y respecto a Mercurio, Venus y Marte por supuesto la diferencia es mucho mayor. Saturno destacaba por su lentitud y si Júpiter era Zeus, Saturno tenía que ser Cronos, el padre anciano que paso a paso deambula entre las estrellas siguiendo y midiendo el rastro de su hijo.
En la astrología hindú hay nueve planetas, que son conocidos como Navagrahas (Señores del Cielo). Conocen a Saturno con el nombre de San o Shan, el Juez, y es quien determina el destino final del alma luego de la muerte de cada uno según los hechos realizados en su vida, malos o buenos.
En la cultura china y japonesa, designan a Saturno como la estrella de la tierra. Esto es dentro del esquema tradicional oriental de utilizar cinco elementos para clasificar la naturaleza de las cosas. (Tierra – Agua – Fuego – Aire – Metal)
En el sistema astrológico hebreo, llaman Shabbathai a Saturno. Su Ángel es Cassiel. Su Inteligencia, o el espíritu beneficioso, es llamado Agiel (layga), y su espíritu malvado (su aspecto más oscuro e inconsciente) es llamado Zazel (lzaz), según nos refiere la Cábala.
En turco y malayo, su nombre es Zuhal, sacado del árabe زحل. Y con un significado similar al de Ángel Vengador.
De acuerdo con la tradición de Oriente Próximo, el séptimo día de la semana judeocristiana, dedicado al disfrute y el descanso, nuestro Sábado, también se llamaba en latín Dies Saturni (‘Día de Saturno’), en lo que supone la fuente del nombre de este día en idiomas como el inglés (Saturday)
Vemos, por tanto, que más allá de que cambiemos de continente o cultura, el significado que se le atribuye a la energía de Saturno siempre es la misma dejándonos en claro la profundidad que adquiere este arquetipo en el inconsciente humano. Quizá su característica de “Inflexible” esté dado porque tanto para una u otra cultura, representa un tipo de “Juez” que vela por el cumplimiento estricto de las leyes. Esto podría parecernos, como a los astrólogos medievales (siempre atentos a ganar favores por sobre el resto de sus congéneres) como un don “funesto”, pero si recordamos que su reinado (la Edad de Oro) fue el más próspero y feliz de los tiempos, dicha afirmación se vuelve definitivamente absurda.
En tal sentido es que podemos comprender el por qué Saturno es el Regente Jerárquico del signo de Libra (siendo Venus su Regente Natural, y Urano su regente Esotérico) No solo por la cualidad manifiesta del signo en tanto lo que nos separa del otro, sino también en el significado profundo de la Balanza con que se representa el Signo en su grafía. Un instrumento de medición (el único artefacto representado en el zodíaco) y símbolo universal de la Justicia.
Astronómicamente la teoría de la formación de nuestro Sistema Solar, nos habla de que primeramente el Sol era una bola de gas incandescente que ocupaba su diámetro la actual órbita de éste planeta, y que luego se fue comprimiendo dejando tras de sí los residuos que luego se aglutinaron formando los planetas en torno a éste. Esotéricamente esto nos habla del límite de la Conciencia Solar Individual, y el por qué denominamos a los astros hasta Saturno como “Planetas Personales”. Exotéricamente se explica esta categorización y cualidad, porque estos astros son los únicos que pueden observarse a simple vista sin necesidad de aparatos o artilugios de ninguna clase, siendo el Señor de los Anillos el último y más lejano de todos ellos.
Y ya que hablamos de astronomía, aprovechemos para saber un poco más de este astro y, de paso, derribar algunas de las falsas creencias sobre él.
Al estar asociado al Plomo por la Alquimia, es creencia errónea que se trata de un planeta “pesado”. Saturno tiene una densidad de 690 Kg/m3 lo que es muy inferior a la del agua (que es de 1.000 Kg/m3) Esto significa que si pudiésemos conseguir construir un recipiente lo suficientemente grande para contenerlo y lo llenásemos de agua ¡Saturno flotaría!
Otra falsa creencia es la que se refiere a sus hijos, de los que la mitología nos dice que solo vivieron seis (a los cuatro ya nombrados debe sumársele Veritas, quien no es hijo de Ops sino de una madre desconocida, y Quirón de su unión con Filira), con lo que muchos llegan a suponer que tiene pocos satélites. La última cuenta de los mismos (del 19 de Julio de 2007 efectuada por la sonda Cassini-Huygens) nos habla de 60, aunque los astrónomos suponen la existencia de muchos más (quizá demasiado pequeños y dispersos para ubicarlos a todos alguna vez) El mayor de ellos es Titán (descubierto por el astrónomo holandés Huygens en 1655), quién ostenta el honor de poseer la única atmósfera de importancia entre los cuerpos de éste tipo de todo el Sistema Solar, y que puede ser observado hoy día con cualquier telescopio de aficionado o con un par de grandes binoculares. En el año 1789 las notables lunas Mimas y Encelado (único satélite en que hasta ahora se ha probado la existencia de agua líquida bajo su superficie) son descubiertas por el alemán William Herschel, el también descubridor del planeta Urano.
La característica más notable de Saturno son, sin lugar a dudas, sus anillos. Estos fueron observados por vez primera por Galileo Galilei en el año 1610 pero, debido a la precariedad de su instrumento y a la inclinación de éstos en ese período, los creyó dos grandes satélites uno a cada lado del planeta. Fue recién en 1659 que Christian Huygens los identifica como tales con la ayuda de un instrumento más potente que su predecesor. En un principio se creía que los anillos de Saturno eran inestables a lo largo de periodos largos de tiempo, del orden de decenas de millones de años, un indicio de su origen reciente, pero los datos enviados por la sonda Cassini sugieren que son mucho más antiguos de lo que se pensaba inicialmente.
Los anillos de Saturno poseen una dinámica orbital muy compleja presentando ondas de densidad, e interacciones con los satélites de Saturno (especialmente con los denominados satélites pastores quienes orbitan al planeta pareciendo flotar en ellos) La NASA también ha anunciado, el 24 de octubre de 2007, el descubrimiento de un cinturón de micro lunas en el borde exterior del denominado anillo A (uno de los tres principales) y cuyo tamaño (el de éstas micro lunas) varía desde los tres o cuatro metros hasta el de un estadio de fútbol, probablemente este cinturón fue causado por la destrucción de una luna pequeña en algún evento cósmico.
Astrológicamente, el Saturno Físico nos habla de Forma, Límite, Exactitud, Estructura, Sostén, Tiempo y Trabajo; así como en el plano arquetípico psicológico nos revela la figura de la Autoridad y el Padre. Todas ellas condiciones absolutamente necesarias para que cualquier manifestación acabada del Ser finalmente sea. Es también el Gran Desilusionador, ya que nos enfrenta a la realidad sin atenuantes. Su prudencia, seriedad y solvencia se ven reflejadas en la doble regencia que ejerce, la natural y la esotérica, sobre el Signo de Capricornio. También se lo asocia al primer decanato del Signo de Acuario, siendo su energía la facilitadora para el ingreso de la poderosa energía traspersonal acuariana a la conciencia humana.
Dentro del sistema de iniciaciones del Ser individual denominado “Pirámide Caldea”, representa el escalón más alto a alcanzar; siendo la condición indispensable para el pasaje de la conciencia egoica hacia el dominio del Alma plena, denominada hoy como Sí-mismo.