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Impacto sobre Júpiter: el misterio de los escombros desaparecidos

Impacto sobre Júpiter: el misterio de los escombros desaparecidos
Se ha observado un destello en la atmósfera de Júpiter, el cual usualmente está asociado con el impacto de un cometa o de un asteroide. Pero el hecho de que esta vez parece no haber escombros visibles después del evento en el lugar del impacto ha desconcertado a los observadores. El 3 de junio de 2010, algo golpeó a Júpiter. Algún cometa o asteroide descendió desde las profundidades del espacio, impactó sobre la parte superior de las nubes y se desintegró, produciendo un destello tan brillante que se pudo observar en la Tierra con telescopios pequeños. Al poco tiempo, muchos observadores alrededor del mundo estaban apuntando sus aparatos ópticos hacia el sitio del impacto, esperando monitorizar la ardiente nube de escombros que parece siempre acompañar los encuentros de este tipo. Todavía, ellos siguen esperando.

"Es como si Júpiter se hubiese tragado por completo el objeto", dice Anthony Wesley, de Australia, uno de los dos astrónomos aficionados que observó el destello inicial. El otro, Christopher Go, de Filipinas, afirma que "fue muy emocionante observar el impacto, pero la ausencia de escombros visibles nos tiene a todos desconcertados".

De hecho, todo esto es un misterio. "Hemos visto cosas que golpeaban a Júpiter en el pasado", dice el científico planetario Glenn Orton, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory o JPL, en idioma inglés), "pero después del destello producido por un impacto siempre han quedado escombros de algún tipo".

Por ejemplo, cuando los fragmentos del cometa Shoemaker–Levy 9 golpearon a Júpiter en 1994, cada destello importante que observó la nave espacial Galileo, de la NASA, produjo un 'moretón', una mezcla turbia de polvo de cometa incinerado y gas joviano químicamente alterado que se arremolinaba y se retorcía en las nubes del planeta. Apenas el año pasado, en julio de 2009, Wesley descubrió una mancha similar que se cree podrían ser escombros de un pillo asteroide que se estrelló contra el planeta.

Entonces, ¿dónde están los escombros en esta ocasión?

Una explicación posible proporcionada por algunos observadores es que quizás el destello no fue un impacto. Quizás Go y Wesley fueron testigos de un relámpago joviano gigante.

"Me parece algo muy, muy poco probable", dice Orton. "Las naves espaciales de la NASA han observado relámpagos en la atmósfera de Júpiter en repetidas ocasiones, pero solamente en el lado nocturno del planeta. Este evento en el lado diurno tendría que ser inimaginablemente más poderoso que cualquier relámpago que hemos visto. Ni siquiera Júpiter produce rayos tan potentes".

Tampoco podría ser un relámpago en la atmósfera de la Tierra que haya ocurrido casualmente en la misma dirección en que se encuentra Júpiter. Las observaciones simultáneas, llevadas a cabo desde observatorios separados por grandes distancias, en Australia y Filipinas, descartan esa explicación. Por la misma razón, no podría ser, por ejemplo, un meteoro terrestre o cualquier tipo de fenómeno en la atmósfera de la Tierra.

En otras palabras, el destello realmente ocurrió en Júpiter.

Curiosamente, lo que ocasionó el impacto (si es que en realidad hubo un impacto) se estrelló justo en el centro del SEB (South Equatorial Belt o Cinturón Ecuatorial Sur, en idioma español), uno de los dos cinturones anchos que rodean al planeta. Esto es "curioso" porque el SEB se perdió (en idioma inglés) hace poco, este año. Orton ha propuesto que el cinturón que falta podría aún estar allí, escondido temporalmente debajo de nubes cirro de gran altitud.

¿Podrían estas mismas nubes estar escondiendo los escombros del impacto?

Él piensa que no. "El destello provino de una altitud muy por encima de cualquier capa de nubes cirro, por lo cual los escombros deberían estar a simple vista —si es que hay escombros".

Impacto sobre Júpiter (impactos del SL-9)

La mejor hipótesis hasta el momento es que lo que produjo el impacto fue algo pequeño, que reunió la suficiente fuerza como para producir un destello, pero que no dejó demasiados escombros.

Una cosa es segura: "Júpiter está siendo impactado más de lo que esperábamos", dice Don Yeomans, quien lidera el programa de Objetos Cercanos a la Tierra (Near–Earth Objects o NEO, en idioma inglés), de la NASA, en el JPL. "Cuando sucedió lo del Shoemaker–Levy 9 (SL–9), habíamos calculado que deberíamos observar un impacto sobre Júpiter aproximadamente una vez cada cien años. Nos considerábamos extraordinariamente afortunados de poder observar el evento del SL–9".

"Pero miren qué ha sucedido", continúa. "Anthony Wesley ya ha observado dos impactos en los últimos 12 meses. Es hora de que revisemos nuestros modelos de impactos [en particular para los objetos que ocasionan pequeños impactos]".

Claramente, los investigadores tienen mucho para aprender aún, no sólo sobre la frecuencia con la cual Júpiter recibe los impactos, sino también sobre qué sucede cuando ocurre un impacto.

"Continuamos buscando los escombros con varios observatorios importantes, entre los cuales se incluye al Hubble", dice Orton. Observaciones futuras, más sensibles a pequeñas cantidades de escombros y gases despedidas de la parte más profunda de la atmósfera de Júpiter, podrían revelar qué ocurrió con el vistoso impacto que tuvo lugar el 3 de junio —o podrían llevar a los investigadores en direcciones completamente nuevas.

Científicos de la NASA dijeron que Wesley es “un talentoso observador amateur”. El video del impacto puede verse en el portal de YouTube.

Anthony Wesley: “Soy un afortunado: conseguí ‘ganarle’ dos veces a la NASA”

Anthony nunca estudió Astronomía, pero logró develar secretos del planeta Júpiter. Lo hizo desde la terraza de su casa, en una pequeña ciudad de Australia. Hoy es el astrónomo amateur más popular. Desde los 10 años se pasa las noches mirando al cielo.

Anthony Wesley: “Soy un afortunado: conseguí  ‘ganarle’ dos veces a  la NASA”. Fui el primero en descubrir una mancha negra enorme en la atmósfera de Júpiter. Está en la región subpolar sur”.

En Júpiter pasan cosas raras, afirma Anthony Wesley, el astrónomo amateur más popular del momento. Con su telescopio de aficionado pudo ganarle dos veces a la agencia espacial estadounidense, la NASA, al detectar primero fenómenos extraños que están ocurriendo en el mayor planeta del Sistema Solar.

En julio del año pasado, Wesley observó una mancha desconocida en la atmósfera de Júpiter, un hallazgo que luego fue confirmado por un telescopio de la agencia espacial. Y hace tres semanas, volvió a sobresalir: identificó un gran flash de luz en el mismo planeta. “Sólo fui un afortunado”, dice -modesto- al ser entrevistado por este medio.

Astrónomo aficionado de noche y especialista en computación durante el día, trabaja en su casa, en una pequeña ciudad del sureste de Australia llamada Murrumbateman. Tiene un horario flexible y eso le ha permitido dedicarse a su hobby nocturno sin descanso.

Sigue tan fascinado como el día en que el abuelo le compró su primer telescopio, y ahora que se volvió una celebridad mundial quiere que más gente se interese por Júpiter, el planeta cuyo volumen es mil veces mayor que el de la Tierra. “Guarda todavía un montón de secretos”, sostiene. Por eso, la mayoría de las noches que pasa mirando hacia el cielo, enfoca su telescopio hacia ese planeta.

-¿Cómo empezó su entusiasmo?

-Desde siempre. A los 10 años, empecé a usar un telescopio que me regaló mi abuelo para Navidad. A mí siempre me ha gustado saber más sobre Astronomía, Química y Electrónica. En la secundaria, formé parte de un grupo de estudiantes que hacíamos observaciones gracias a que un profesor juntó fondos para comprar un telescopio. En 1984 intenté fotografiar Marte.

Desde entonces, leo muchas revistas de Astronomía, y estoy en una asociación de gente amateur. Pero nunca tomé clases. Aunque aprendo mucho con otros aficionados.

-¿Y por qué siguió más a Júpiter?

-Es uno de los objetos más hermosos que pueden verse en una noche estrellada, y uno de los más extraños. En Júpiter no existe una superficie sólida, sino que se trata de una gran masa de gas, principalmente hidrógeno. En su atmósfera tiene nubes que forman diferentes franjas.

Increíblemente, uno de sus dos cinturones ecuatoriales, que mide 400 mil kilómetros, se borró.
Y no se sabe bien por qué. Otras veces ocurrió algo similar, por eso se estima que el cinturón puede volver a aparecer.

-El 19 de julio del año pasado, usted mismo descubrió un fenómeno inusual en Júpiter...

-Sí, tuve la suerte de estar mirando el lugar y en el momento correcto. Fui el primero en descubrir una mancha negra enorme en la atmósfera del planeta. Está en la región subpolar sur.

-¿Y por qué ese hallazgo lo convirtió en una celebridad?

-Es que se trata de un fenómeno poco frecuente. Posiblemente, la mancha sea la consecuencia de un impacto de un asteroide o de un cometa sobre Júpiter. Aún no está claro, pero mi descubrimiento fue confirmado por científicos de la agencia norteamericana, con un telescopio que está en Hawaii.

-Y ahora se sorprendió de nuevo...

-Sí, el 3 de junio pasado apareció un intenso flash de luz que podría ser otro impacto de menor tamaño en la superficie de Júpiter. Otro aficionado, el filipino Christopher Go, también lo observó. En pocos días, el telescopio espacial Hubble fue redirigido hacia el gigante gaseoso y nos dio también la razón. Fue todo un honor.