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Astrología Avanzada - Introducción (II) – Los Tsunamis Paratemporales y el Nacimiento del Tiempo.

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El pasado 11 de Febrero se marcó un hito en la historia de la física y de la astronomía, la demostración palpable de la existencia de las Ondas Gravitacionales predichas por Albert Einstein que terminan de “demostrar” su Teoría General de la Relatividad. Estas Ondas viajan por el espacio cual las que se forman cuando arrojamos una piedra al lago. Más grande la piedra, más grandes las Ondas en el agua. Así, pero por el espacio. Todas, todas las cosas provocan estas ondas, la gravedad inherente a su masa las provoca, incluso tu y yo... pero a nuestra escala no perturba tanto al “Océano” espacial del Universo, pero hay otros eventos que sí perturban en una escala mucho mayor. Pues verás, estas Ondas gravitacionales tienen la propiedad de deformar el espacio-tiempo que atraviesan con una cualidad particular que caracteriza el “lugar” de donde provienen, y que la frecuencia entre una y otra de estas Ondas es curiosamente medible atendiendo a los eventos que suceden más allá, arriba de nuestro cielo.
Alejandro Fau | Astrología Avanzada - Introducción (II) – Los Tsunamis Paratemporales y el Nacimiento del Tiempo.

En la primera parte de este artículo hablamos de unos tipitos de gafas muy simpáticos que hablaban de un “tiempo imaginario”, transversal digamos, al nuestro... ese que llevamos en la muñeca, el teléfono, los ticket's de los autobuses, los boletos de tren, la nota del dentista, del lavadero o la cuenta del supermercado. Ese tiempo que creemos conocemos y acordamos entre todos... el nuestro. Que se burlaron de ellos (esto en voz baja porque los tipitos estos son muy pero que muy capaces en lo que hacen y no son ningunos perejiles, no, qué va!) y que finalmente desecharon la idea en algún cajón, y perdieron así una buena pista de lo que sucede en el cosmos solo por una cuestión de prejuicio académico... Pues bien, estos tipitos, llamados Jim Hartle y Stephen Hawking, tenían razón... y tenían razón porque Einstein tenía razón. Nuestra línea espacio-temporal es impactada de continuo por estas ondas que viajan literalmente durante miles de millones de años luz, “deformándola”, dándole Forma, moldeando a su imagen y semejanza lo que aún no es, a los nuevos tiempos que se crearán de continuo con todo lo que es creado continuamente y continuamente interactuado por un ritmo claro y definido, medible... Nosotros en astrología los denominamos globalmente como “tránsitos” a estas frecuencias. Tránsito es lo que define la frecuencia de determinado tipo de Onda, podríamos decir que su color y densidad también porque estará dada por el tipo/cualidad de “gravedad” de la Onda, la que siempre será funcional a la Onda misma y/o a sus frecuencias armónicas, marcando así su propia impronta. Manchando su tempo-tonalidad en todos los tiempos viejos y nuevos que atraviesa, como el tuyo, como el mío... como el nuestro.

ondasPro-pautando así desde los colores de la Moda en determinado tiempo de tu historia a la guerra cómo, y por qué. Ciclos de tonalidades temporales y gravitacionales que impactan la linea de nuestro tiempo empujando en su propia dirección. Muchos, todos de distintas frecuencias, y actuando simultáneamente. Su direccionalidad mayor, dada por el holomovimiento cósmico de las “olas” más grandes que te arrastran aunque no quieras, que marcan el claro rumbo, las más pequeñas, en cambio, dominan la psicomotricidad fina del modelado que se hace de la sustancia con la que opera. Dando pequeñas dosis de “color” muy localizadas dentro de la masa total desplazada en el holomovimiento del cosmos como para que tengan una gran relevancia en el rumbo general por sí mismas, salvo, claro está, por su incesante acumulación “cromática”; la dicha sustancia particular que acumulará la “masa” gravitacional suficiente como para emitir su propio “oleaje” gravitacional que repela, o conduzca a las otras ondas en determinada dirección. Temponauta experimentado ha de ser aquel que se anima a surfear dichas olas impulsado por el trío de su vela, pues no es lo mismo la piel del ancho mar barrida por el aliento de Eolo que las estelas espumosas crespas en la rompiente de las olas de las mareas del tiempo. Pero volviendo... estábamos... ah! sí... en los ciclos de las ondas. Olas cada cuánto. Una de estas olas cada cuánto. Pues mira, es un tipo de bucle multi-temporal más o menos denso (obvio, tiene su particular gravedad) resultante de ese entretejido de tiempos que constituyen lo único que hay, y moviéndose cada uno de sus hilos a su propia velocidad relativa, como si fuese una maldita y gigantesca lavadora automática con sistema fuzzi logic de chorros descompuesta y medimos su endemoniada dinámica de fluidos; que trenzan y destrenzan las inconmensurables trenzas del Tiempo. Sí... a Charles Bukowski le gustaría ese jodido espástico lavarropas que se revuelve y revuelve su mugre de la que es imposible deshacerse, como imagen del mierdoso universo en que vivimos... y que, por si fuera poco y a falta de males, pues venga!, que además destiñe.

2-1Pues bien, volvamos, decíamos que... que hay paratiempos anteriores que impactan a todo lo que es, nace (aún un nuevo tiempo) y hace, en este universo temporal en que existimos. El que crecerá y se desarrollará conforme a su propia naturaleza en el océano primordial de todos los tiempos ya vividos, existentes y por venir, mechado con “burbujas” de nuevos tiempos emergentes, nuevos... los que son mecidos, cobijados e influidos por él, moldeados y disueltos finalmente en él... “realidades” viscosas hechas de la misma materia de los sueños, que bien que mal siempre terminan diluyéndose en algún revuelto mar de oscuras eternidades. Esa “burbuja” o “gota”, partícula u onda, es también en sí misma el océano de infinitos. Ese revuelto digestor con mareas que giran y giran sin centro, pero con un baricentro perfecto hecho de “gravedades paratemporales” dentro de la jodida lavadora que es el cosmos. Sí... Dentro de la gota. Si, dentro de la gota teñida de un particular color, sí, pero gota de ese océano infinito, gota, sustancia contenida, lookeada, customisada en lo que es. Cabe decir, que la escala de dicha gota puede variar infinitamente de lo más grande que sea hasta lo más pequeño, no importa si son estos individuos, tribus, grupos, naciones, civilizaciones, cosas o especies da lo mismo. Como gotas dentro de gotas, partícipes de colores diversos en mayor o menor escala, cada luz con su propia intensidad y tamaño; pero todas finalmente partes del océano infinito de infinita profundidad en la que está contenida y de la que ya es parte. En donde cada luz, grande o pequeña, ilumina grandes o pequeñas cosas que terminan no siendo tan grandes o pequeñas así como las vemos y deformadas como están por otros “ensueños” gravitacionales paratemporales que las envuelven y las vuelven fantasmales, y que, a veces, tan solo nos vuelven como horrendas pesadillas... El Tiempo... hablábamos del Tiempo y de su nacimiento. Lo que vino después del Big Bang y que nosotros llamamos Cáncer... Todo nuevo tiempo pues, nace del punto de colisión de un inusitado número de Ondas convergiendo en un punto aún no determinado de “entrecruzamiento” de las mismas, un todavía no-lugar, un verdadero “punto uni dimensional”, luego baricéntrico sí, luego, cuando nazca el tiempo y sea un dónde, porque aún está indeterminado en su futura direccionalidad y velocidad, pero no en el de su futura masa sustancial de la que estará conformado una vez que finalmente sea. La energía liberada en dicha colisión inter-para-temporal de las Ondas, Ohm!, es la chispa y Big Bang de su nacimiento, haciéndose una nueva luz... y una nueva Onda temporal que algunos pueden luego llamar como individuo, tribu, o cosa y otros pueden de llamarles “Supercúmulos”, “Galaxias” o “Sistemas Estelares”... o simplemente “Big Bangs de Universos”. Comprenderán ustedes que dichos eventos cósmicos como este suceden a una escala verdaderamente hiper-mega-macro-cósmica, y que el nuevo nacimiento se envolverá siempre en su “burbuja” cósmica, que al ser arrastrada por el oleaje gravitotemporal debe protegerse a sí mísma para poder sobrevivir, y tal como un huevo o semilla protege su carga mientras ésta madura a su verdadero ser/nacer a esa inconmensuralidad que le dio la vida, cree y vive en su propia unicidad hasta el momento del verdadero despertar a esa consciencia superior que ya lo incluye.

La ruptura de los huevos de pascua sería un buen título para esta parte, ya que es la auto-consciencia del ser “separado” de ese vasto océano en una gota. Que es este pase cuasi instantáneo al signo de Leo que digo, y sigue su subjetivo y temporal desarrollo y construyendo su propia y particular Onda... que viajará en el tiempo aunque él ya no esté allí, sino en otro tiempo, al tiempo que pintado en el presente... y al tiempo que sigue modificándose ahora impactado e impactando como está en todos los presentes, los pasados, y los futuros. Hablamos del estudio de una dinámica de factores temporales, gravitacionales, reales... hablamos de una dinámica de eso que está sucediendo desde el inicio del tiempo. De dinámicas del tiempo que generan o degeneran sus gravitacionalidades según sean impactadas por algunos remolinos paratemporales claramente dispuestos en relojes que cualquier papanauta de éste mundo con ojos puede ver, allá clarito en el cielo... y eventos que tu mismo puedes ver y constatar más allá, con tanto tecnológico aparato para mirar y escuchar el cielo que ya hemos hecho, que hasta ahora apenas podemos comenzar a percibir esa cosa que llamamos pomposamente “Ondas Gravitacionales” en honor de nuestro amado director don Albert Einstein, bendita sea su eterna memoria. Pues bien, ya estamos percibiendo claramente esas “ondas”, y mejoraremos aún más su percepción y “escucha”, y sabemos que conllevan y deforman tiempos a su paso mientras viajan por inconmensurables eternidades perpetuamente mutables y sorprendentes a cada paso... ¿su alcance? Su evolución en el tiempo y su gravedad final se la darán, y retroimpactarán a todo nuevo tiempo, por más o menos tiempo, conforme se potencie en su fluir por los abismales océanos paratemporales en los que finalmente se verá disuelto.

3-1Decíamos que esta semilla burbuja consciente de su inconsciente y su otredad, evoluciona en una dinámica que agota su temporalidad en Capricornio, rompe su cáscara temporal en Acuario para nacer a la Totalidad Consciente multi-para-temporal de Piscis, de la que toda nueva cosa podrá surgir, pero siendo así eternamente atemporal y multitemporal, hasta que nuevamente, valga la redundancia contra lingüística, vuelva a precipitar en un nuevo Tiempo y ser, siendo otra cosa en un periplo de impactadas fases temporales conocidas hasta que nueva y perpetuamente se repita una secuencia perfectamente ascendente, refinadamente destilatoria de nuevas fragancias temporales diría el moderno alquimista... pero ese intrincado sendero lo vamos a abordar en otras sucesivas partes de este sucinto paneo que hacemos sobre el estudio de la astrología más avanzada, palpable y medible, en un descriptivo lenguaje que da razones de sí mismo al tiempo que comunica y muestra una dinámica eficaz de aquello que se sucede de continuo. Lindo aparato ese LIGO, ese para escuchar las “ondas gravitacionales”, digo, ya me imagino apps que detecten las buenas o las malas “ondas” para el IPhone 9... en fin, negocios de pacotilla que hará alguna pandilla de revueltas temporalidades de tan acusados rasgos rojos oscuros, vibrantes. Ínfimos remolinos de tonalidad que se desteñirán en ese más grande ir y venir de tifones temporales que surcan las benditas y jodidas lavadoras espásticas universales. Revueltas aguas de mares insondables que dan a infinitos océanos de multidimensiones de creativa y sorprendente locura, germen de la emergencia futura, en nuevo ciclo que brote de las entrañas mismas de esas agitadas aguas insondables de negrura. Una nueva paratemporalidad. Una singularidad que de un inicio a lo que ya fue, no fue y será, en el ahora; un perpetuo presente que nunca se ha movido de este instante, pues tan ilusorio es su paso como lo ha sido siempre.