Celebrar
Autor: Eli Serebrenik

Este cuento me ha resultado especialmente difícil de analizar astrológicamente, supongo que por el hecho de estar yo misma en este momento con un tránsito de Saturno a mi Sol
natal. Esto mismo ha facilitado que elija éste y no otro de mis cuentos, ya que Saturno presenta de frente el límite, el final de ciertas cosas, la realidad concreta, la vejez, la muerte.
Así es que pensaba poner simplemente cuento Saturnino y ya. Pero volviendo a leerlo pesquisé ciertas cosas que había olvidado de la época en que este texto formó parte de un espectáculo teatral que se llamo "Celebración".
Una actriz jugaba el rol de Edelmira y otra el de la señora Esther en una puesta en escena muy mágica donde el encantamiento (Neptuno ) transformaba la cruda realidad (Saturno
) en algo bello e incluso deseable...
Les aconsejo leer todo el cuento y luego ir al pie de página donde encontrarán los símbolos astrológicos.
Cuento: "CELEBRAR"
La señora Esther me aclaró, con paciencia, que la velada debía tener la magnificencia solemne y recatada de un altar, pero también la calidez de una cena familiar. (1)
-Edelmira, quiero que sea muy cuidadosa con la elección del menú y principalmente con el brillo de la vajilla-. Bajó suavemente la cabeza y agregó -No tendremos una celebración de esta naturaleza nuevamente, así que ésta deberá ser perfecta-. Asentí en silencio. (2)
Me puse los anteojos y comencé a llamar por teléfono a todos los seleccionados por la señora: -¿A cenar el próximo sábado?, claro... ¿con qué motivo? ¿Despedirse? sí, sí, a las 20 hs. Gracias-. (3)
Algunos sorprendidos, otros conmovidos, fui invitando a sus hijos, Matías, Javier y Federica, a los nietos, a sus hermanos Alfredo y Mariana, amigos, colegas y a una enfermera del sanatorio.
Me repartí las tareas con Tomaza, ya que la señora Esther, la mayor parte del tiempo, no puede tenerse en pie.
Alterna entre leer cuando no le duele la cabeza ni le tiemblan las manos, ver televisión o escuchar música cuando necesita ponerse nerviosa y sentirse vital como en los viejos tiempos. Muchas veces me pide que le coloque un almohadón detrás de la cadera para poder sentarse derecha. Cierra sus ojos durante horas y, con una casi sonrisa en su rostro gris, acaricia una obsidiana deslizando los dedos en recorridos milimétricos y precisos. A veces llora acariciando fotos. (4)
Todos los días viene alguien de visita; la señora a veces recibe y a veces no. Yo creo que sólo recibe cuando necesita ponerse nerviosa para sentirse más vital. (5)
Tomaza y yo comenzamos a preparar budines de verdura y tartas, compramos vinos, gaseosas y helados para el final del acontecimiento.
La señora Esther no quería flores pese a que hubieran quedado tan bonitas.
Siempre decía -No cortes flores mujer, ni las compres, así no incentivas el mercado de semejante atrocidad-. (6)
Yo le hacía caso sin preguntar, total... ¿qué más daba comprar o no flores?
Hasta que una tarde del año pasado, plena primavera, paseándola en su silla de ruedas por la vereda, pasamos delante de un jardín y yo, en un gesto automático, corté un malvón y se lo di.
Levantó sus penetrantes ojos castaños y, atravesando mi cabeza, dijo -Las flores son la imaginación, los sueños de las plantas... ¿te gustaría a ti que te podaran tus sueños más delicados?- (7)
-No señora...no-, y retrocedí para dejar el muñón vegetal en la pared sobre la que descansaba la planta. Nunca más lo hice, pese a que, en el fondo, me pareció exagerado, pero quién sabe...
Así que flores no, le recordé a Tomaza. -¿Y con qué arreglamos y ponemos linda la casa para tanta gente, entonces?- preguntó ella preocupada. Yo pensé que, dada la ocasión, lo más adecuado serían frutos secos, piñas y hojas recogidas en el parque.
Llegó el día de la celebración y la señora Esther, en su cuarto silencioso, mirándose en el espejo, dio los últimos toques a su vestido. (8)
En la sala estaban los invitados hablando en voz baja mientras probaban las delicias que Tomaza y yo habíamos estado preparando durante días. Las mesas estaban cubiertas con carpetas de hilo sobre las cuales había cuencos de madera con almendras y castañas, álbumes de fotos a la mano de cualquiera, fotos de toda la vida. Y una gran canasta repleta de misteriosos paquetes y sobres que ella misma envolvió.
Al principio habíamos pensado que hacer semejante celebración, a su edad y estando tan enferma, era una excentricidad, pero ella se mostró inflexible en su decisión. (9)
Por fin apareció su hermana empujando la silla con la señora Esther, parecía una porcelana, tan blanca y frágil. Sus nítidas arrugas surcaban toda la piel visible. (10)
En las manos, manchas marrones y sus temblorosos labios sonreían sobre los perfectos dientes postizos que, todas las mañanas, yo cepillo con dedicación antes del desayuno. (11)
La mirada, socarrona y tierna, se posó primero sobre los nietos, éstos chillaban alabando su collar de perlas y el vestido del último casamiento al que concurrió años antes de enfermarse.
Con una mano vacilante se acomodó los anteojos y comenzó a saludar, a uno por uno, con un abrazo. Sus brazos, como ramas secas, rodeaban tiernamente a cada cuerpo querido. Los lentes se le desacomodaban, levantaban sus canas y le desarreglaban el peinado, hasta que me acerqué, se los quité con cuidado y los guardé en el bolsillo de mi delantal. (12)
Más tarde, Tomaza la acercó a la mesa donde se comía y se bebía como en una fiesta de casamiento. Los más jóvenes, furtivamente miraban la canasta con paquetes y sobres, pero prudentemente esperaban. (13)
-¿Es el cumple mamá?- preguntó la más chica. Su madre la miró con una sonrisa triste y levantó un poco sus hombros sin decir palabra.
De pronto, la señora Esther levantó una mano y, sonriendo, dijo -Los he reunido a todos porque quiero despedirme-.
Esto hizo que un silencio vaporoso y oscuro flotara dentro de todos los estómagos. Ella continuó -Quiero despedirme y agradecerles por lo que cada uno significó en mi vida-. (14)
Ahí nomás los fue llamando por su nombre y entregando un paquete o un sobre decía: - "Gracias por quererme". "Por haber nacido justo ese año". "Por haberme dicho: basta, en aquella oportunidad". "Por callarte la boca". "Por ser tan hermoso". "Por no permitir que te deje". Se sucedían las palabras y las lágrimas. (15)
Luego de un rato comenzaron las respuestas y entonces vinieron los sentidos: "Gracias por enseñarnos dignidad". "Por no tener miedo". "Gracias por ser tan hermosa a esta edad". "Gracias por irte tal como viniste: sorprendida y atenta".
Cuando me tocó el turno a mí, la señora me dijo -Gracias por cuidarme durante tanto tiempo, por bañarme, peinarme y cepillar mis dientes postizos-. Y yo le dije abrazándome a ella -Señora Esther, gracias por decirme que tengo que cuidar mis sueños, que nadie me los pode-. (16)
Después de eso, todos se fueron yendo con fotos, floreritos, prendas de vestir, alhajas. (17)
Su hijo menor abrió una carta con un dibujo que la señora pintó durante un mes, alcancé a ver a un rey montado en un dragón de oro que arrojaba semillas a la tierra desde su vuelo. (18)
Su hermana se llevó un disco de pasta "setenta y ocho", era de un tal Jolson que cantaba algo que ellas bailaban de chicas. (19)
Todos salieron con los ojos mojados y así terminó la fiesta.
La señora Esther murió hace una semana. (20) Yo me vuelvo al pago a cuidar las flores del jardín y a ver si encuentro un novio para casarme y armar una familia grande.(21) Por las tardes voy a pintar cuadros coloridos y a estudiar inglés como los nietos de la señora Esther. (22)
Y cuando junte plata me voy a ir a conocer Bolivia, donde está la abuela, si es que aún vive, para que conozca a mis hijos y a mi marido, que va a ser muy buen mozo. (23)
FIN
Una lectura astrológica de "Celebrar":
- Eje Cáncer
- Capricornio
- Eje Virgo
- Piscis
- Luna
en Géminis
y predominio de Aire
- Eje Virgo
- Piscis
- Luna
en Géminis
conjunción Urano
- Sol
en Virgo
en casa VI
- Eje Virgo
- Piscis
- Venus
en Leo
en casa V
- Eje Tauro
- Escorpio
con Venus
en Leo
regente de Tauro
en V, Mercurio en Leo
y Plutón
también en V es capaz de celebrar su propia muerte de un modo teatral
- Saturno
en Cáncer
en IV en la situación misma, pero más abajo está la casa V, con su carga expresiva potente aunque sea de la propia declinación física.
- Eje Virgo
- Piscis
en el contexto mismo de la escena, y la casa V con Plutón
, poniendo el énfasis en la belleza del deterioro
- Nodo Norte en Cáncer
en IV como trabajo evolutivo de valoración de la familia, lo interno, el alma, la casa IV como primera y última morada.
- Eje Tauro
- Escorpio
- Eje Virgo
- Piscis
. Júpiter
conjunción Neptuno
regentes del Asc. Piscis
- Júpiter
conjunción Neptuno
en Libra VII, y Venus
en Leo en V regente de Tauro
- Eje Virgo
- Piscis
- Eje Tauro
- Escorpio
- Júpiter
conjunción Neptuno
en VII __ Luna
conjunción Marte
__ Marte
cuadratura Júpiter
__ Júpiter
conjunción Neptuno
y de ese modo se encadena esa Luna
Urano
por un lado completamente excéntrica, y por el otro a través de su vínculo con Marte
y el de éste con Júpiter
- Neptuno
, proyecta imágenes arquetípicas idealizadas.
- Luna
en Géminis
en III y Saturno
en Cáncer
en IV como "nido" o complejo lunar. La memoria nostálgica CIV y el juego y la alegría de CIII
- Ascendente Piscis
acepta absolutamente la disolución de las formas.
- Nodo Sur en Capricornio
viene de lo establecido, la máxima forma, la ley. Y Nodo Norte en Cáncer
anhela dar forma, nutrir, generar sustancia vital.
- Casa III lugar de la Luna
en Géminis
, infancia, juegos, aprendizajes esenciales.
- Eje Cáncer
- Capricornio
y Júpiter
conjunción Neptuno
en VII.