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Aprender astrología, ¿una nueva escolarización?

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Mi maestro de artes marciales solía decirnos que era imprescindible aprender a la perfección la técnica, los catas (formas de series en movimiento) para después olvidarlas y danzar espontáneamente dicho arte.
Eli Serebrenik | Aprender astrología, ¿una nueva escolarización?

Mi maestro de artes marciales solía decirnos que era imprescindible aprender a la perfección la técnica, los catas (formas de series en movimiento) para después olvidarlas y danzar espontáneamente dicho arte.
En astrología ocurre algo similar. Los estudiantes se desesperan con la enorme cantidad de símbolos y asociaciones que van aprendiendo hasta que llegan a un momento en el que sus mentes entran en un paroxismo de asociaciones racionales o por el contrario, se lentifican no pudiendo distinguir signo de casa, o se sienten frente a un muro impenetrable frente a las aparentes paradojas de una determinada configuración.
Lo que quiero transmitirles es que primero es necesario aprender cada Signo, Planeta, etc., tal como hicimos con nuestro lineal abecedario en la escuela.
Alrededor de los seis años de vida aprendemos a leer y escribir en el idioma de la cultura en la que emergemos. Con mucha lentitud y letras grandotas, vamos deletreando dificultosamente frases enteras. Hasta que llega un día en que las páginas de los libros nos hablan. Fijamos la vista en las oraciones e instantáneamente se nos muestra en todo su esplendor un texto
No nos preguntamos como es que leemos de corrido, lo hacemos y punto. El lenguaje fue impregnándonos desde las primeras palabras que escuchamos y luego el persistente aprendizaje en la escolarización nos entrena en el modo de ver la vida tal como la vemos.
No hubiéramos podido escribir un cuento profundo y complejo en cuarto grado de la escuela primaria.

Dane Rudhyar dice:
“La astrología es un lenguaje especial, cuyos símbolos inclusivos no pueden traducirse con facilidad al lenguaje corriente de las palabras que tienen un significado más o menos preciso y concreto, familiar para el cliente. El lenguaje astrológico es incluso mas difícil de entender para los científicos con instrucción académica porque es un lenguaje cuyas palabras (planetas, signos, casas, nodos, etc.) pueden referirse a muchos niveles diferentes de significado.”

Para interpretar una carta natal necesitamos impregnarnos de los múltiples significados de cada símbolo, hasta que se hagan sustancia con nuestro cuerpo.
A medida que profundizamos en ello, escucharemos hablar, miraremos escenas cotidianas desde un lugar y un sentir mucho más amplios.
Antes de convertirnos en aprendices de astrólogos mirábamos el mundo como nuestra cultura nos adiestró, linealmeante y en bloques. Pero al tiempo de haber comenzado a comprender, luego de  años de estudio y pensamiento astrológico, se comienza a ver otra dimensión de los acontecimientos.
El aprendizaje astrológico nos abre a una perspectiva que antes no existía para nuestra percepción.
El camino del astrólogo contiene en si mismo la frustración, los golpes y machucones junto con el éxtasis de sentir que somos con el cielo y la tierra. Recorriéndolo padecemos la oscuridad de estar frente a algo que nos excede y por lo tanto asusta o paraliza.
O bien sentir que somos todopoderosos frente a unos ojos expectantes (el consultante) y un papel con el dibujo de la Carta natal que supuestamente nos “dice” a quien pertenecen esos ojos atemorizados y mas aún “predice” lo que le va a suceder.
Recuerdo muchos años antes de elegir este camino de transformación profunda, haber estado como consultante de algún astrólogo/a en quien yo deposité un saber descomunal. Tanto sus palabras como sus silencios eran para mí en aquella etapa, sagrados y temibles.
Ahora le doy un significado muy distinto a aquellas palabras y  silencios. Yo aún no tenía incorporada la noción del devenir, el tiempo y los ciclos.

Hago la analogía con el camino del samurai porque lo tengo impregnado. Aprender artes marciales es aprender a no pelear, aunque parezca contradictorio. Al final del recorrido hay un saber que no es del orden de la palabra o de la acción concreta, sino del orden de la contemplación.
Hay un hacer en contemplar con todos los sentidos despiertos, que permiten luego la palabra, el silencio o la acción necesaria y sólo esa.
No estoy diciendo con esto que no deberíamos ofrecer nuestra lectura e interpretación de la carta, sino que lo que surge con los años de estudio y práctica astrológica es un “Estar Ahí”, sin miedo, sin omnipotencia, con la Carta Natal como un puente de ida y vuelta entre el que consulta y el que interpreta.
Frente al consultante, es mejor contactar desde el corazón, hacer silencio interior y recién en ese momento dejar que la carta hable de la irradiación que ya esta emitiendo esa persona desde que llegó. Y por supuesto tomar conciencia de nuestra propia irradiación.
Todo lo que estudiamos e investigamos a lo largo de nuestra formación astrológica, en el momento de la consulta se transforma en nuestra presencia, empatía, vínculo intuitivo, “Estar Ahí”.
Esto refiere al proceso y decantación que viene luego de estudiar profundamente el lenguaje simbólico y éste logre entramarse en nuestra percepción de tal modo que podamos “olvidarlo” y danzar en él.
Cuando digo conectar desde el corazón, quiero decir con el centro de identidad personal más profundo. Un centro que no discrimina ni juzga.
No quiere ni odia. Emite y refleja.

En palabras de Dane Rudhyar:
El consultor astrológico es esencialmente un educador y debe asistir al cliente -tal vez hasta instruirle- para que adquiera un nuevo enfoque de los problemas de la vida y en especial, del problema que el mismo cliente representa en sus contactos y relaciones…
…pues una consulta astrológica debe ser una forma de educación…
Una educación en la que una persona aprenda a ser objetiva respecto de su vida total y tome conciencia de los ritmos básicos de su existencia como persona individual.

El paradigma astrológico está fuera del modelo en el que fuimos educados: hacia el futuro, en línea recta y a triunfar en la vida.
El camino del astrólogo es lento, paso a paso, tocando cada “darse cuenta” sin ningún apuro por ver qué viene después, y esto es una educación diferente, es un contacto con la realidad que permite cuestionarla, disfrutarla, sufrirla y reflexionar acerca de qué somos y qué deseamos hacer con el trozo de eternidad que estamos transitando que, indefectiblemente tiene leyes que le son propias.

 

3 Comentarios

Adriana (1.Abr.2009 @ 03:02 gmt) dijo,
Claro, conciso y profundo, como si nos hablaras al oído, para nos, los estudiantes, un aliento para saber que las "letras grandotas y a veces desesperantemente confusas" en algun momento se convertirán en dulces armonías, conocimiento profundo y verdadero servicio....

Saluditos
mariana (6.Jul.2009 @ 03:36 gmt) dijo,
Es muy real lo que decis, y dificil de soportar durante los años de acumulación de conocimientos e información...
Luego viene la capacidad de sintesis, que no siempre viene...o viene cuando menos lo espero.
Cuestion que estudiar astrologia es meterse completamente a cambiar el punto de vida (no de vista, ja).
Gracias
marian
graciella (9.Mar.2010 @ 21:13 gmt) dijo,
Claridad y sencillez para expresar lo profundo.