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Así ocurrió la mayor explosión estelar en 25 años

Así ocurrió la mayor explosión estelar en 25 años
El estallido el pasado agosto de la llamada, por su potencia y cercanía, «supernova de una generación», emitió un brillo como nunca antes se había visto desde la Tierra

El pasado agosto se produjo la explosión estelar más brillante y cercana vista desde la Tierra en 25 años. Tal era su fuerza que dejó impresionados a los astrónomos, casi escépticos ante lo que veían sus ojos y que, entusiasmados, la bautizaron como la «supernova de una generación». Científicos de todo el mundo se afanaron en obtener las mejores imágenes del fenómeno -el telescopio espacial Hubble fue activado para seguirlo de forma urgente-, con el objetivo de conocer exactamente qué es lo que había provocado semejante bombazo. Ahora, dos investigaciones publicadas en Nature explican con todo lujo de detalles qué sucedió. Conocida como supernova de tipo Ia, este tipo de explosión es una herramienta esencial que permite a los científicos medir la expansión del Universo y comprender la naturaleza misma de la Cosmos.

«Lo que causa este tipo de explosiones ha dividido a la comunidad astronómica profundamente», explica Shri Kulkarni, profesor de Astronomía y Ciencias Planetarias e investigador del Instituto de Tecnología de California (Caltech). Pero esta nueva supernova -llamada SN2011fe- puede ayudar a los astrónomos a solucionar este largo misterio. «SN2011fe es como la Piedra Rosetta de las supernovas Tipo Ia», afirma.

El 24 de agosto, el equipo de Caltech descubrió la supernova en uno de los brazos de la Galaxia del Molinete (también llamada M101), a 21 millones de años luz de distancia de la Tierra, en la «puerta de al lado», en términos cósmicos, y solo once horas después de que explotara. «Nunca antes habíamos visto una explosión termonuclear estelar tan pronto después de que ocurriera», dice Lars Bildsten, profesor de teoría Astrofísica en la Universidad de California en Santa Bárbara. La explosión incluso pudo ser vista con prismáticos.

Los astronónomos saben que las supernovas tipo Ia son parte de un sistema binario, dos estrellas que orbitan una junta a otra. Es conocido que la que explota es una enana blanca, hecha de carbono y oxígeno, -lo que será nuestro Sol al final de su vida, con toda su masa embuchada en una bola del tamaño de la Tierra-, y estalla cuando la materia de su estrella compañera se derrama sobre su superficie. Pero nadie está seguro de la identidad de la estrella compañera. Los científicos han sugerido que se trata de otra enana blanca, una estrella de secuencia principal, una estrella de helio, o una estrella vieja que se infla hasta convertirse en una gigante roja.

En este caso, los científicos han descartado que la compañera sea una gigante roja, ya que habría generado incluso más luz, y deducen, por un proceso de eliminación, que se trata de un astro que se encuentra en una fase de secuencia principal, donde se localizan las estrellas durante la parte de su vida que fusionan hidrógeno.

Además, sucede que el Hubble tomó imágenes del lugar dónde «vivía» SN2011fe antes de que estallara. Cuando los investigadores analizaron los datos, se encontraron con que no hay evidencia de gigantes rojas en la zona. Si la compañera hubiera sido otra enana blanca, la explosión habría producido luz en las longitudes de onda óptica y ultravioleta. Dado que ninguno de estos tipos de radiación se ven procedente de SN2011fe, es menos probable que la compañera fuera una enana blanca.

Oxígeno a 20.000 km por segundo

Los astrónomos también han observado, en un detalle sin precedentes, el material que salió disparado durante la explosión. En particular, el equipo detectó oxígeno expulsado de la supernova a una velocidad de más de 20.000 kilómetros por segundo, la primera vez que alguien ha visto algo semejante, de acuerdo con los investigadores.

No solo la supernova fue detectada rápidamente, sino que el procesamiento de datos -realizado por investigadores del Lawrence Berkeley National Laboratory - se llevó a cabo también en cuestión de horas. Debido a que los astrónomos captaron la explosión tan pronto después de que ocurriera y porque estaba tan cerca, los investigadores creen que SN2011fe se convertirá en una de las supernovas más estudiadas. «Su rápido descubrimiento y clasificación -todo en la misma la noche- es un testimonio del gran trabajo en equipo entre todos los investigadores de más de media docena de instituciones», recuerda Kulkarni. «El futuro parece muy brillante. Pronto encontraremos supernovas en una edad aún más joven y por lo tanto entenderemos mejor cómo suceden estas explosiones».