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Descubren agua y CO2 en un planeta fuera del Sistema Solar

Descubren agua y CO2 en un planeta fuera del Sistema Solar
Hace tan solo trece años nadie había sido capaz de encontrar un planeta fuera del Sistema Solar. Desde 1995, cuando se anunció el hallazgo del primer planeta orbitando una estrella como el Sol, los descubrimientos de los cazadores de exoplanetas han permitido que, aunque lejano, encontrar mundos habitables no sea una idea descabellada.

Después de encontrar más de 300 planetas extrasolares los astrónomos han comenzado a estudiar sus atmósferas en busca de la química que permite la vida.

Esta semana, se ha publicado el hallazgo de dióxido de carbono en HD 189733b, un planeta a 63 años luz de la Tierra. El estudio, dirigido por el investigador del Jet Propulsion Laboratory de la NASA Mark Swain, se une al hallazgo de metano en la atmósfera de ese mismo planeta en marzo de este año.

Ambos compuestos son moléculas relacionadas con la existencia de vida. “El dióxido de carbono es nuestra principal razón de entusiasmo porque bajo las circunstancias adecuadas su presencia podría estar relacionada con la presencia de vida”, afirma Swain.

Las condiciones de HD 189733b, un gigante gaseoso similar a Júpiter con una temperatura que supera los 1000 ºC, son, sin embargo, poco favorables para la vida. “No estamos más cerca de descubrir vida en este planeta particular”, afirma Ray Villar, otro de los investigadores responsable del hallazgo realizado gracias al telescopio espacial Hubble. “Sin embargo, tiene una mezcla química que en el planeta adecuado podría suponer un indicio de vida”.

Un puñado de elegidos

Pese a que ya se conocen cientos de planetas extrasolares, son pocos los casos en que es posible estudiar sus atmósferas. De este pequeño grupo de elegidos, HD 189733 es una verdadera mina para los astrónomos. Además del dióxido de carbono y el metano, en su atmósfera también se detectó agua hace algo más de un año. Era la primera vez que se encontraba en un exoplaneta. Ahora, un estudio publicado en Nature esta semana han confirmado la presencia de agua con una nueva técnica.

“No fue una sorpresa que se encontrase agua ni que se haya encontrado CO2, pero estos estudios son parte de una explosión en la búsqueda en el estudio de exoplanetas que, aunque quizá no en un futuro muy cercano, puede llevar a encontrar planetas habitables”, afirma Ignasi Ribas, físico del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC) que colaboró en la primera detección de agua en un planeta extrasolar hace un año.

El investigador del Goddard Space Flight Center de la NASA Drake Deming explica en un artículo en Nature esta semana que el vapor de agua no es un biomarcador. “Puede encontrarse en una gran variedad de entornos astrofísicos, incluidas las manchas solares”, escribe. Sin embargo, afirma, “debemos aprender primero a detectar moléculas abundantes como el agua antes de avanzar en la identificación de las marcas más sutiles que moléculas más escasas como el oxígeno dejan en los espectros de los planetas”.

Por el momento, los planetas extrasolares encontrados son gigantes gaseosos parecidos a Júpiter o Saturno. Para encontrar un planeta habitable, sería necesario hallar cuerpos parecidos a la Tierra, algo que todavía no se ha logrado y aún parece complicado. Los planetas habitables tienen un brillo muy débil y se encuentran cerca de su estrella. Esto hace que, con la instrumentación de telescopios actuales como Spitzer o Hubble, sea casi imposible rescatar la tenue presencia de estos cuerpos del mar de luz con que inundan sus inmediaciones las estrellas.

El sucesor del Hubble

El sucesor de los telescopios actuales será el James Webb Space Telescope (JWST). Su lanzamiento está previsto para 2013 y con él sería posible estudiar la composición de las atmósferas de planetas terrestres. Entonces habría que buscar una combinación química que apuntase a la habitabilidad del planeta o incluso a la presencia de organismos vivos.

“La mezcla de elementos como el oxígeno y el metano en la atmósfera de manera simultánea indicaría que, probablemente, existe una actividad que está produciendo esa combinación”, afirma David Barrado, físico del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). “Es cierto que no sería posible obtener resultados inequívocos, porque la presencia de esos elementos podría ser fruto del vulcanismo, por ejemplo, pero los indicios serían fundamentados”, añade.

Ahora, los astrónomos se fijan en las proximidades de Sistema Solar para tratar de encontrar una supertierra habitable. Estos planetas rocosos gigantes abundan en los sistemas planetarios de nuestro vecindario cósmico presididos por enanas rojas. Desde la perspectiva terrestre, los planetas de esta región cuentan con muchas posibilidades de transitar por delante de sus estrellas, permitiendo así que los telescopios los descubran. Una vez localizados, la llegada del JWST podrá caracterizarlos en busca de señales de vida.

En estos mundos extraños, animados por la escasa luz de estas pequeñas estrellas, podrían existir nuevos organismos con modos de vida desconocidos. El final del camino está aún lejos, pero no se han de descartar sorpresas. Hace solo 13 años ni siquiera se había dado el primer paso.