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Alarma Crecimiento de la Basura Espacial

Alarma Crecimiento de la Basura Espacial
Aproximadamente 750 mil restos de satélites y cohetes orbitan la Tierra, advierte la Agencia Espacial Europea

En el 2016, la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) notó que su satélite Sentinel 1A –lanzado en el 2014– producía cada vez menos energía. Cuando observaron sus paneles solares se dieron cuenta de que uno había sido dañado por el impacto de una diminuta partícula de basura espacial, es decir, los restos de satélites y cohetes que orbitan nuestro planeta.

 

Esta situación se está haciendo más común, alertó la ESA durante la VII Conferencia Europea sobre Desechos Espaciales, que se lleva a cabo desde este martes 18 y concluirá mañana.

 

De acuerdo con los especialistas participantes, en menos de un cuarto de siglo el número de desechos suficientemente grandes como para destruir una nave espacial se ha duplicado. Para darse una idea de la magnitud de la amenaza, una partícula de un centímetro que viaja a 40.000 km/h en el espacio tiene el potencial destructivo de una granada de mano. “Las consecuencias para nuestros satélites operativos podrían ser graves”, indica la ESA en comunicado oficial.

 

Los últimos registros de la ESA indican que actualmente hay en el espacio 5.000 restos de más de 1 metro, 25.000 de 10 cm y 750.000 de 1 cm. Los de menor tamaño no pueden ser observables. Actualmente, la agencia europea monitorea constantemente 18.000 piezas de escombros, que en su mayoría provienen de más de 250 explosiones de dispositivos espaciales.


Tendencia al alza

 

En casi 60 años de actividades en el espacio, más de 5.250 lanzamientos han puesto en órbita alrededor de 42.000 objetos, de los cuales 23.000 permanecen en el espacio y son rastreados por la Red de Vigilancia Espacial de EE.UU. El resto se ha convertido en basura espacial. Pero a pesar de que se trata de una tendencia en aumento, los proyectos para disminuir la cantidad de residuos siguen en desarrollo.

 

Uno de ellos es el Kounotori Integrated Tether Experiment (KITE), de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA). Este sistema consiste en una especie de cable electrodinámico de 700 metros capaz de ralentizar la basura espacial con el fin de que esta baje y acabe entrando a la atmósfera de la Tierra, para desintegrarse.

 

Lamentablemente, en febrero de este año se realizó la primera prueba en órbita de esta tecnología sin éxito alguno. Esta misión debía ser una prueba para construir luego una soga mucho más larga (de entre 5.000 y 10.000 metros) para limpiar con mayor amplitud el espacio cercano.